En el mundo actual tienen lugar todo tipo de intercambios: económicos, culturales, informativos, científicos, deportivos, musicales y, por supuesto, religiosos.
La globalización religiosa hace posible que credos antes reducidos a los márgenes del Sur pobre, por ejemplo, tengan seguidores en las naciones ricas del Norte. Y que hoy el flujo misionero de corte protestante/evangélico tenga sus raíces en países antes considerados tierras de misión por parte del protestantismo norteamericano.
Hoy, en América del sur y desde la derecha, todavía es vigente el esquema entre quienes enarbolan la colisión cultura hispanista católica versus cultura protestante anglosajona.
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